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La doble moral de la FIFA

 

El mundial de Qatar 2022 está a 363 días de comenzar y para conmemorar que la justa deportiva más importante del mundo se encuentra a menos de un año de dar inicio, la organización, en conjunto con los patrocinadores y el gobierno Qatarí, organizaron un evento publicitario durante el fin de semana del Gran Premio de Formula 1 disputado en Qatar.

El evento realizado el sábado, incluyó una deslumbrante alfombra roja que contó con la aparición de diversas personalidades del mundo del fútbol como David Beckham, Cafú, Tim Cahill, Juan Pablo Ángel, Yaya Touré y Peter Schmeichel. Fuegos artificiales y la presencia del Trofeo de la Copa Mundial coronaron una ceremonia publicitaria bastante exitosa mediante la cual Qatar le ha anunciado al mundo que está listo para convertirse en el primer anfitrión del mundo árabe en recibir un mundial.

El domingo, apenas unas horas antes de que se corriera el gran premio de Qatar, el diario francés Le Monde publicó una entrevista exclusiva que puso a temblar los intereses de la FIFA y del emir para su mundial. El exmandatario de la FIFA Joseph Blatter reveló a través del diario de origen galo que el “estaba decepcionado con la elección de Qatar” como sede para el mundial del 2022.

“Es la primera vez que una intervención política cambia una gran decisión del fútbol”, dijo, al tiempo que reiteró que “en el plano social y climático fue un gran error dar el Mundial a Qatar”. “Sin la intervención de última hora de Sarkozy sobre Platini, Qatar no habría tenido nunca el Mundial”, dijo el expresidente de la FIFA, que ligó ese apoyo a la compra del PSG por un fondo soberano del emirato y a “las grandes actividades económicas entre Qatar y Francia”.

“En decisiones tan importantes como la atribución de un Mundial es muy posible que el dinero circule y que alguien se lo meta en el bolsillo”, señaló Blatter, que consideró que la investigación abierta por la FIFA para detectarlo no fue “suficientemente estricta”. 

Así pues, a tan solo un par de horas de la conmemoración de una fecha clave para la justa invernal que se disputará el próximo año se le agregaron varias críticas más. Ya no solo es criticable la falta de apertura política y hacia la comunidad LGBT+, la falta de regulación de derechos para garantizar la identidad de género, ni las terribles temperaturas que obligan al país anfitrión a mover el evento en el calendario a una fecha en la que nunca en la historia se había disputado. No, ahora también es cuestionable la condición de la FIFA por garantizar la no intervención gubernamental por parte de gobiernos que tengan sus interéses involucrados con los del máximo organismo del fútbol Mundial.

Al señor Blatter hay que aplaudirle que haya dicho esta información, sin olvidarnos también de criticarle su falta de honestidad y lo tarde que ha decidido revelar la misma. Es prácticamente imposible echar para atrás el mundial de Qatar a esta altura, por la inversión en infraestructura y el grado de involucramiento de ciertos patrocinadores. Entonces señor Blatter le pregunto ¿para qué revelar esta información ahora? Si acaso fue para ayudar a erradicar un mal endémico del cual usted también fue parte, lo ha hecho bastante tarde.

A lo mejor es solo una pantalla de humo como varias de las que su administración fue partícipe. A lo mejor es para desviar la atención y permitirle al organismo más grande del mundo fútbol seguir disimulando esa doble moral con la que opera, castigando por un lado a países que realizan prácticas culturales (inapropiadas o no, depende de cada uno) como el grito “homofóbico”, y permitiendo que países billetudos, abiertamente antiderechos y con prácticas económicas “cuestionables” organicen el evento más grande, lucrativo e importante que el mundo quiere ver