La ausencia de la hediondez

¿A qué huelen las vacaciones? Una semana con sabor a domingo en el gimnasio.

Michelle Natalie Raible Quiñones

Eran 8:30 de la mañana, cosa rara, se había levantado sola, no la despertó el sonido del despertador. Miró por la ventana; no había rastro alguno de personas en la calle. Confundida, consultó el calendario: “lunes tres de marzo”, inicio de Semana Santa.

Camino al gimnasio, las calles parecían desiertas, pocos carros, ni un alma a la vista. Se respiraba un aire más fresco, se escuchaban pajarillos cantar.

Al ver el estacionamiento de la plaza de gimnasio casi vacío supo que su día seria productivo, Al pasar la recepción por primera vez en mucho tiempo, el olor que usualmente es una mezcla de aromatizante frutal mezclado con la hediondez de cuerpos sudados, solo recordaba al detergente “Fabuloso”. 

Completar la rutina solo le tomo 2 horas, cuando suele tardarse tres horas y media, así fue toda la semana; máquinas de cardio y área de pesas vacías, mancuernas ordenadas y en su lugar, baños desocupados, con luces apagadas; ya que solo se encienden al detectar movimiento.

Donde antes solo se percibían olores inmundos y desagradables a causa de desechos corporales, ahora domina un fresco olor a jabón. Su cuerpo se sentía tranquilo, pleno, y sin estrés.

Lunes 10 de marzo fin de vacaciones. Una semana después, lo que había sido un espacio de paz y armonía se convirtió en un ambiente pesado y húmedo. Los cuerpos presentes en establecimiento empezaron a expulsar feromonas, los hedores se comenzaron a esparcir por el gimnasio, desde el espacio de cardio hasta el área de pesas. Cada vez más personas cruzaban por la entrada del gimnasio, se empezaban a formar las filas para alternar las máquinas. 

 “¡Esta horrible!, no se puede hacer nada, de seguro traen remordimiento de todo lo que tragaron en las vacaciones”, le comentó alguien con la que había coincidido la semana pasada. Michelle se dio cuenta en ese momento, que la hediondez y la normalidad en el gimnasio habían regresado.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *