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El sistema que fomenta la mediocridad

Sí, la liga MX trata de generar más espectáculo mediante el repechaje y partidos de todo o nada en el que cualquier equipo puede ganar. El problema viene cuando (como en el caso de este año), un equipo que quedó en onceavo lugar, obtuvo sólo 5 victorias y trabajosamente promedia un gol por partido (Pumas) es candidato al título.

Admito que es emocionante ver cómo un equipo no favorito va avanzando en la competencia, callando bocas. Sin embargo, en la Primera División mexicana es algo que fomenta el azar y resta el mérito de la constancia, ya que el trabajo de uno o dos partidos vale más que otros diecisiete. Es cierto que existe una ventaja en el criterio de desempate, que se ve ampliada con la eliminación del gol de visitante, mas no es suficiente para reflejar el trabajo de los equipos. Los jugadores y equipos pueden jugar a un nivel muy por debajo de sus capacidades, y aun así clasificar para las rondas eliminatorias (desde el mínimo del repechaje) entrando como lo hace más de la mitad de los clubes de la competencia.

Cabe recordar una frase que enunciaron los narradores Christian Martinoli y Luis García en la transmisión del repechaje de este Apertura 2021, recordando a equipos como Mazatlán y Necaxa, que se quedaron a un punto de conseguir el doceavo lugar: “No clasifica el que no quiere, porque no juegan a nada.”

Esta mediocridad causa que, aunque claramente no se pueda competir contra el nivel de las ligas europeas, México también se esté quedando atrás ante Argentina y Brasil, que históricamente siempre han tenido mejores selecciones, pero que siguen muy por encima de nuestro país en término de clubes y sistema.

Habiendo dicho esto, me gustaría argumentar un formato que considero más adecuado para obtener un balance entre meritocracia y espectáculo. Para empezar, el modelo actual de dos torneos por año hace que más equipos puedan ganar el título más veces, lo que por consecuencia hace que se reste el valor de campeonar. Una temporada de 34 partidos reflejaría de mejor manera el desempeño de los equipos, y si se quiere mantener la liguilla, reducirla a los 8 originales, sin repechaje. Es cuestión de adherirse a formatos probados, como en las mejores ligas del mundo, en las que se juegan torneos de un año. Volvemos a lo mismo que he comentado en mis anteriores textos, se está premiando más el dinero y la cantidad de partidos, que la calidad y desarrollo del buen fútbol en el país.

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