[et_pb_section fb_built=”1″ _builder_version=”4.10.7″ _module_preset=”default”][et_pb_row _builder_version=”4.10.7″ _module_preset=”default” max_width_last_edited=”on|desktop” max_width=”625px” hover_enabled=”0″ sticky_enabled=”0″][et_pb_column _builder_version=”4.10.7″ _module_preset=”default” type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”4.10.7″ _module_preset=”default” hover_enabled=”0″ sticky_enabled=”0″]

Guadalajara: Tierra de contrastes

La “Perla Tapatía” en el último semestre se ha vuelto un lugar interesante al cual voltear futbolísticamente hablando, pues en apenas una porción de territorio podemos encontrar un par de ejemplos muy distintos sobre lo que se debe y lo que no se debe de hacer con los proyectos de una club. Chivas y Atlas los protagonistas de esto.

Los Rojinegros le han dado vuelta al libreto del balompié en Guadalajara colocándose en un final por primera vez desde 1999. Y si bien el resultado en la ida ante León no les favorece, su presencia en esta instancia no sorprende porque en cada nivel de la institución han cumplido con la promesa de transformarse para convertirse en un cuadro aspirante al título.

En el Rebaño, una cara completamente distinta. En el mismo día en que su vecino local se juega el campeonato, su director deportivo aparece en una conferencia de prensa para hacer un balance sobre la triste actuación del equipo en el torneo mientras que trata de revivir la ilusión de la afición para la siguiente campaña. No lo logró.

Lo más preocupante para los rojiblancos no es la aparición de Ricardo Peláez en esta sesión de preguntas y respuestas, sino que cuando a este se le cuestionó si debían de replicar las buenas prácticas de los Zorros, la respuesta fue contundente: “Necesitamos confiar en lo que estamos haciendo y hablar de que hay un proyecto serio encabezado por el presidente Amaury Vergara”.

Si existe esta mentalidad en un equipo que se quedó fuera en la etapa de repechaje en su última participación en liga y que además atraviesa por una crisis dentro en sus cuadros con límite de edad, los cambios se convierten en una misión prácticamente imposible.

Ojalá que el mensaje de que la rivalidad se debe de quedar en la cancha llegue a los oídos de la directiva de Chivas. Lo necesitan. Porque si el trabajo que está haciendo Atlas para estar compitiendo hoy en la final del fútbol mexicano no es tomado como ejemplo, el fracaso torneo tras torneo será la constante del chiverío. Aunque a decir verdad, no es nada nuevo.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *