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A 15 Minutos de Todo, Pero Cada Vez Más Lejos del Barrio que Era…

Camila Giles lleva toda su vida viviendo en San Pedro Tlaquepaque, le tocó ver como un barrio tradicional se convirtió en un epicentro de transformación urbana. En 2018, el municipio se integró al programa “Pueblos Mágicos”. Camila expone el conflicto entre el progreso y la preservación de la identidad local, la lucha de los residentes por mantenerse en su barrio frente a un cambio impuesto, y las consecuencias que la gentrificación trae para las comunidades originales.


Paola del Río

Camila Giles lleva toda su vida viviendo en San Pedro Tlaquepaque, le tocó ver como un barrio tradicional se convirtió en un epicentro de transformación urbana. En 2018, el municipio se integró al programa “Pueblos Mágicos”. Camila expone el conflicto entre el progreso y la preservación de la identidad local, la lucha de los residentes por mantenerse en su barrio frente a un cambio impuesto, y las consecuencias que la gentrificación trae para las comunidades originales.

¿Cuánto tiempo llevas viviendo en esta zona? ¿Cómo ha cambiado tu vecindario desde que llegaste?

– Llevo 19 años viviendo en Tlaquepaque, toda mi vida. Cuando llegamos, la zona era muy distinta: no había centros comerciales cerca, y muchas áreas eran terrenos baldíos o usadas como estacionamientos de tráileres. En 2010 comenzaron grandes cambios con la construcción de Home Depot y Forum Tlaquepaque, impulsados por los Juegos Panamericanos de 2011, que trajeron remodelaciones importantes. Las calles estaban muy deterioradas antes de esas obras. Después, mejoraron mucho la zona con pavimentación, murales y servicios. Hoy, es más accesible vivir aquí, con supermercados y servicios cercanos, aunque el crecimiento ha transformado el lugar de ser tranquilo a estar más urbanizado y conectado.

¿Qué aspectos de tu comunidad te atraen más y te hacen sentir que es un buen lugar para vivir?

– Lo que más me gusta de mi comunidad es la cercanía a todo. Aunque parece que vivo lejos del centro, la mayoría de los lugares importantes están a 15 o 30 minutos. Además, ahora hay servicios básicos como cajeros, tiendas y nodos de internet muy cerca de mi casa, algo que hace 10 años no existía. La zona también es relativamente segura y la gente se conoce. Lugares como la tienda “La Güera”, que ha estado aquí toda la vida, son puntos donde siempre encuentras vecinos y conocidos. También, el tianguis y los lugares de ocio cercanos hacen que vivir aquí sea cómodo y práctico.

¿Has notado cambios en el costo de vida o en el tipo de servicios que están disponibles en tu zona?

– Sí, los costos han aumentado mucho, especialmente en el tianguis, donde a los extranjeros les cobran más caro. Esto afecta porque hay personas que no pueden pagar los precios elevados. También, cerca de mi casa quitaron los tacos

“Cachanilla”, que llevaban años, para construir torres de departamentos caros. Estas construcciones han elevado los precios en general, incluso para los departamentos viejos, aunque muchos necesitan reparaciones. Los nuevos residentes han traído cambios, pero esto ha desplazado negocios tradicionales y cambiado la dinámica del vecindario.

¿Cómo ha cambiado la diversidad de personas que viven o trabajan en tu barrio? ¿Crees que la gentrificación ha alterado la identidad del lugar?

– La diversidad ha crecido. Ahora tengo vecinos chinos que se han integrado, y en la zona hay más extranjeros, como estadounidenses y franceses. Esto ha traído cambios visibles, como menús y señalizaciones en inglés, algo que antes no existía. Sin embargo, este aumento en la diversidad ha diluido la identidad del barrio. Antes, todo era más local, con negocios familiares. Ahora predominan nuevos comercios dirigidos a un público internacional, lo que ha cambiado mucho la esencia del lugar.

¿Has notado que nuevos negocios están reemplazando a los tradicionales de la zona? ¿Qué opinas de estos nuevos negocios?

– Sí, los negocios tradicionales están siendo reemplazados. Por ejemplo, ahora hay restaurantes y cafés modernos, muchos con nombres en inglés. Aunque ofrecen nuevas opciones, siento que pierden conexión con la comunidad original, que era más auténtica y familiar. Esto refleja cómo la zona se está volviendo más internacional, pero a veces a costa de los negocios locales que llevaban años sirviendo al barrio. Aunque algunos de estos nuevos negocios tienen calidad, no siempre son accesibles para todos.

¿Consideras que los proyectos de gentrificación están mejorando la calidad de vida en el vecindario o están perjudicando a la comunidad original?

– Los proyectos de gentrificación tienen un impacto mixto. Por un lado, han mejorado aspectos como el alumbrado público, la seguridad y la limpieza. Por otro lado, han desplazado a negocios y familias tradicionales, priorizando a nuevos residentes con mayor poder adquisitivo. Esto crea una división: mientras algunos ven beneficios, otros enfrentan dificultades para adaptarse a los cambios. Me preocupa que en el futuro no podamos mantener el estilo de vida que esta transformación exige.

¿Te sientes parte de una comunidad que está resistiendo estos cambios, o sientes que la gentrificación está dividiendo a los vecinos?

– Siento que la gentrificación está dividiendo a los vecinos. Aunque algunos intentan resistir y promover el consumo local, la mayoría de las personas busca mudarse a zonas más exclusivas, como el poniente de la ciudad. Esto

ha debilitado el sentido de comunidad, ya que cada vez más vecinos se van, ya sea por elección o porque no pueden mantenerse en el barrio. Los cambios están transformando el lugar en algo diferente a lo que siempre fue.

¿Cómo te imaginas tu barrio en los próximos 5 o 10 años? ¿Qué cambios te gustaría que ocurrieran?

– En 5 o 10 años, imagino el barrio mucho más moderno, con edificios nuevos y menos residentes de toda la vida. El centro de Tlaquepaque seguirá siendo histórico, pero las áreas aledañas estarán llenas de desarrollos dirigidos a inversionistas. Me gustaría que los cambios se enfocaran en mantener la seguridad y los servicios básicos desde un lugar genuino, no solo por atraer turismo o compradores extranjeros. Sería ideal que se preserve la esencia del lugar y que los vecinos puedan quedarse sin sentirse desplazados.

¿Cómo te gustaría que se equilibrara el desarrollo y la preservación de la comunidad en tu zona?

– Me gustaría un equilibrio donde los beneficios del desarrollo, como seguridad y mejores servicios, lleguen a todos sin desplazar a la comunidad original. Es injusto que estos cambios solo beneficien a los nuevos residentes con mayor poder adquisitivo. Además, sería ideal que se respeten los precios justos en productos y servicios y que los desarrollos sean inclusivos, no enfocados únicamente en el lucro. La zona tiene potencial para crecer, pero sin perder su carácter y accesibilidad.

¿Te sientes parte de una comunidad que lucha por mantener su identidad frente a la gentrificación?

– Aunque algunos vecinos intentan preservar la identidad local, la mayoría está más interesada en mudarse a zonas más exclusivas. Esto ha debilitado el sentido de comunidad y la resistencia a los cambios.

Es difícil mantener un frente unido cuando los intereses son tan variados. Mientras unos valoran lo local, otros priorizan buscar oportunidades fuera del barrio, lo que contribuye a la transformación de la zona y su división.

* La autora es estudiante de la licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO.

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