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¿Cómo documentar al otro nos enfrenta con nosotros mismos?

Alessandra Sanguinetti fotografió durante diez años a dos primas, en un proceso documental que registró los cambios de ellas, pero también de la mirada de la autora

Lucía Urrutia

Una de las características que ha distinguido a la fotografía como medio es su capacidad para explorar la vida de los demás, traspasando los límites de la intimidad personal y pública. Explorar, observar y documentar al otro no es tarea fácil. Porque ¿qué es eso que logramos ver en la “otredad”? ¿Por qué nos atrapa? Es como si de repente quisiéramos descifrar todas las pistas que una sola imagen revela. La obra de Alessandra Sanguinetti refleja este gesto de observación de la vida ajena para comprender y recrear la propia.

Nacida en Nueva York en 1968 y criada en Argentina desde 1970 hasta 2003, Sanguinetti utiliza su bagaje cultural para tejer una narrativa cargada de simbolismo y nostalgia. Durante su tiempo en Argentina, desarrolló un profundo vínculo con el país y su cultura, lo que influenciaría significativamente su trabajo con la imagen. Se graduó en el International Center of Photography (ICP) de Nueva York. Comenzó su carrera en 1990 y ha ganado reconocimiento internacional por su trabajo en documental y fotografía artística. Ha recibido numerosas becas, como la de la Fundación Guggenheim y la de la Fundación Hasselblad; y premios, como el Rencontres d’Arles Discovery

Desde 1999 y por 10 años, Sanguinetti capturó la evolución de dos primas, Belinda y Guille, y documentó su viaje desde la niñez hasta la juventud. Este proyecto colaborativo desdibuja la frontera entre la fantasía y la realidad, en el que se utilizaron disfraces y utilería como parte de las referencias artísticas y literarias que han influenciado la estética de la fotógrafa para explorar los sueños y temores que acompañan este periodo de transformación. Esta serie fue expuesta en la sala WonderExpo de Wonder Photo Shop Barcelona del 22 de junio al 26 de agosto de 2023. En el año 2020 ya había publicado un libro sobre la experiencia.

Las fotografías se convierten en un espejo de las fantasías y los miedos de las dos jóvenes (y de la autora): representan una ventana íntima hacia sus mundos internos. El proceso en el que Sanguinetti se sumergió es quizás lo más interesante de la obra, ya que les propuso plasmar sus inquietudes, sus miedos y sus sueños a través del juego (la manera más gentil y sutil de adentrarse en el mundo de un niño). Comenzó a observar y a hacer listas sobre la vida de Belinda y Guille, y a reflexionar sobre sus pensamientos y expectativas sobre el futuro, con una cámara de video y con la fotografía. “’Bueno, ¿por qué no jugamos a lo que estaban jugando ayer y yo las filmo?’, y ponía la cámara de video en un trípode y les sacaba fotos mientras ellas actuaban para el video. Entonces, la cosa teatral que tiene es un poco por eso: porque era como un juego muy suelto”.

Una de las imágenes de la serie Las aventuras de Guille y Belinda y el significado enigmático de sus sueños, de Alessandra Sanguinetti. El sitio web de MagnumPhotos recoge varias de las fotografías de la autora; otras pueden ser vistas en su perfil de Instagram.

A medida que las niñas crecieron y entraron en la adolescencia, la serie se tornó más meditativa y reflejó su exploración de la adultez emergente. La pérdida gradual de la fantasía en las imágenes revela el enfrentamiento de Guille y Belinda con una realidad más cruda y compleja.

Sanguinetti hace énfasis en cómo su relación con Belinda y Guille evolucionó a medida que las jóvenes pasaban de la infancia a la adolescencia. Al darse cuenta de que seguía mirándolas a través de los mismos ojos de cuando eran niñas, la fotógrafa se enfrentó a la necesidad de ajustar su enfoque y adaptarse a su nueva realidad. Sanguinetti captura la belleza y la torpeza de esta transición con sensibilidad, capturando momentos de vulnerabilidad y autodescubrimiento. La serie nos brinda una mirada íntima y reveladora de este periodo de cambio, recordándonos la belleza y la complejidad inherentes a la condición humana.

“Era como que ellas se transformaron un poquito en estrellas de su propia vida”
– Alessandra Sanguinetti

Sin embargo, más allá de la temporalidad que se hace evidente en estas fotografías, la obra de Sanguinetti profundiza en el lenguaje atemporal y universal de la intimidad femenina y la amistad. No solo invita a contemplar la transición de la niñez a la adultez temprana, sino que también plantea preguntas profundas que invitan al espectador a reflexionar sobre su propia experiencia y percepción del paso del tiempo y la del desarrollo personal.

Tomando en cuenta este aspecto del proceso creativo de Sanguinetti, nos enfrentamos a preguntas sobre la naturaleza misma de la representación y la relación entre el observador y el objeto observado. ¿Cómo influyen nuestras propias experiencias y expectativas en nuestra interpretación de las imágenes? ¿En qué medida podemos realmente capturar la esencia de otra persona en nuestras representaciones artísticas? Las aventuras de Guille y Belinda y el significado enigmático de sus sueños nos invita a reflexionar sobre cómo nuestra capacidad para comprender y representar a los demás está ligada a nuestra propia capacidad para evolucionar y adaptarnos al mundo. El acto de retratar al otro puede ser un catalizador para nuestro propio crecimiento y desarrollo como individuos.


* La autora es estudiante de la licenciatura en Arte y Creación del ITESO.

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