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“La gentrificación no es la causa, es más como un síntoma”

Andrés de la Peña, periodista especializade en temas de vivienda y derechos humanos, aborda el tema de la gentrificación, un fenómeno presente en la ciudad de Guadalajara.


Montserrat Aburto

La gentrificación, según la iniciativa Urban Displacement Project, es un proceso global complejo en el que la inversión inmobiliaria y la llegada de nuevos residentes con mayores ingresos transforma un área, provocando el desplazamiento de los antiguos habitantes, así como cambios económicos, demográficos, simbólicos, etc.

De acuerdo con Andrés de la Peña, este fenómeno abarca en gran parte un nivel inmaterial: “Aquí las poblaciones afectadas son desplazadas por poblaciones beneficiarias que suelen tener más dinero como también otra cultura y valores. Ahí es donde aflora este fenómeno, pero no diría que la gentrificación es la causa, es más como un síntoma”.

—¿Cuáles crees que sean los efectos o consecuencias de la gentrificación?

—De entrada, hay una pérdida inmaterial muy fuerte. A mí me gusta separar lo económico o material, ya que lo crítico de la gentrificación tiene que ver con la violencia simbólica. Esta es el daño que se comete a través de las ideas, palabras o conceptos, y es una violencia indirecta, puesto que no se refiere al uso de la fuerza. Hay muchas personas fuera del área de las Ciencias Sociales que se burlan de que existe esta violencia y, en consecuencia, tienden a hacerla menos.

A pesar de esto, asegura que la gentrificación es un gran concepto para evidenciar la violencia simbólica: “Uno de los ejemplos más brutales de esto fue la declaración del virtual Gobernador Pablo Lemus durante la protesta por vivienda en tiempos de la FIL (2022): si quieren vivienda que trabajen. Vivimos en una ciudad que se está gentrificando cada vez más, y uno de los mayores efectos es que se vuelve posible tener un alcalde que piense y diga eso. Esto genera gran impacto en muchos ciudadanos, ya que deciden comprar ese discurso y fomentarlo; es decir, adoptan la idea de que los desplazados merecen ser desplazados. Entonces, aunque haya personas que alzan la voz contra proyectos de intervención urbana donde hubo desplazamiento y medios que lo relataron, al final del día a la banda ya no le importa”.

A su vez, para Andrés, la esencia de la gentrificación está en el discurso de que se debe expulsar a una población en beneficio de otra, una lógica de suma cero: “Hay gente que puede desplazar a las personas y lo hace”. Este proceso es una violencia simbólica indirecta, un daño que no solo recae en un desplazamiento físico, sino también en uno cultural y discursivo.

—¿Y qué es lo que pasa con estas comunidades desplazadas?

—Depende de la comunidad y del origen. No es lo mismo ser desplazado de un asentamiento popular, como la colonia Americana, que ser desplazado de un barrio (…) siempre se van a un lugar por lo general más barato, pero en ese traslado se pierde la calidad de vida tanto por las pérdidas materiales como por las inmateriales; es decir, dejan a sus comunidades y aunque este no se considere un daño real, sí lo es.

En el caso de las personas desplazadas de la Americana, Andrés explica que algunas llegan al barrio Santa Tere, donde tienen que competir contra otros potenciales inquilinos, tanto en espacios de negocio como de vivienda. Esto se debe a que se están produciendo principalmente viviendas verticales de lujo en estos lugares, y lo que “sobra” es muy poco para tanta gente.

“Igual depende mucho; ese fue el caso de los de la americana, pero hay otras personas, como los desplazados de San Rafael que nadie sabe a dónde se fueron. Conocí a gente que se desplazaron a otros estados, como una chava que se fue con su familia de Michoacán y otra a Aguascalientes, muchos jóvenes regresan a sus núcleos familiares, como lo que sucedió durante la pandemia”.

—¿Crees que ya existe un proceso de gentrificación en el barrio Mexicaltzingo?

—En Mexicaltzingo ya lleva tiempo este proceso. A manera general, el centro histórico se ha estado gentrificando, pero es realmente una zona muy amplia donde se están viendo todas esas dinámicas, efectos y mecanismos, casi desde Enrique de León hasta pasando la calzada.

Para entender el proceso de Mexicaltzingo “Hay dos cosas importantes a tratar de la gentrificación. Primero, esta es cíclica, es decir, para que exista un ciclo de expulsión usualmente antes hubo un abandono donde el gobierno y las autoridades dejan que una zona pierda su calidad y luego hay un ciclo de renovación o regeneración urbana donde el sector privado compra la tierra barata y la vende cara a gente de alto nivel socioeconómico que inclusive llegan a ser extranjeros buscando la auténtica experiencia mexicana. El segundo es que siempre hay un pez más grande que el otro, no es que los dos sean monolíticos y perfectos, en realidad lo único que tiene que haber es un grupo de más poder adquisitivo y un grupo de menor poder adquisitivo”.

—¿Consideras que aún se puede crear una comunidad en esos lugares que ya han sido gentrificados?

—La mayor parte sí se puede. El único problema, de acuerdo con temas marxistas, tiene que ver demasiado con la conciencia del fenómeno: si la gente no sabe lo que está pasando, no hay modo de que articulen una respuesta, y no puede haber una respuesta exitosa si no es articulada.

“En Mexicaltzingo, San Rafael y Huentitán sí se articularon; fue un esfuerzo grupal concentrado en el que activistas estuvieron presentes explicándoles lo que estaba pasando y dejando en claro que podían reaccionar o no”. Pero en otros casos, no siempre sucede esto. “Hay lugares donde los desplazamientos son más silenciosos, más brutales y sin respuesta”.

El problema por tratar, de acuerdo con Andrés, es que la gente no tiene ni tiempo ni las herramientas para manifestarse, pues tienen que atender sus trabajos, mientras buscan algún otro lugar donde quedarse y poder seguir con sus vidas, apartados del lugar donde tal vez crecieron, crearon una comunidad y compartieron recuerdos y vivencias.

* La autora es estudiante de la licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO.

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