,

“Somos sujetos de derecho, que merecen una ciudad para habitar, no para hacer negocio”

Mariana Casillas Guerrero es Diputada Local por el distrito 14 en Tlajomulco de Zúñiga. Es Licenciatura en Antropología en la Universidad de Guadalajara con enfoque en la
investigación de desigualdades con perspectiva de género. Durante su carrera ha tenido
participaciones en diversos foros y conversatorios relacionados con derechos humanos,
promoción de los derechos de las mujeres, el derecho a la ciudad y la democracia.


Raquel Johannsen

Mariana Casillas Guerrero es Diputada Local por el distrito 14 en Tlajomulco de Zúñiga. Es Licenciatura en Antropología en la Universidad de Guadalajara con enfoque en la investigación de desigualdades con perspectiva de género. Durante su carrera ha tenido participaciones en diversos foros y conversatorios relacionados con derechos humanos, promoción de los derechos de las mujeres, el derecho a la ciudad y la democracia.

¿Cuáles son los principales obstáculos estructurales que impiden que haya acceso a una vivienda digna en el Área Metropolitana de Guadalajara?

Casillas explica que la turistificación en Guadalajara ha promovido el uso de viviendas y edificios para su renta a corto plazo en plataformas de Airbnb u hotelería. Explica que esto ha provocado que muchos habitantes históricos tengan que migrar a otros municipios, como lo es Tlajomulco de Zúñiga, creando no solo una exclusión física, sino también simbólica en la que hay una aparente distinción entre ciudadanos de primera, y ciudadanos de segunda.

“Ciudadanos de primera que son acreedores de derechos políticos como un derecho a la ciudad, un derecho a tener una vivienda cerca de sus trabajos, derecho a que tengan servicios públicos de calidad y ciudadanos de segunda que tienen que emigrar a las periferias donde no hay servicios de calidad, donde no hay escuelas, donde no hay trabajo, no hay hospitales”

La clase social y el ingreso económico se convierten en determinantes del acceso a una vivienda cerca de los espacios de trabajo, de no cumplir con ciertos parámetros las personas se ven obligadas a migrar a las periferias, creando un ciclo interminable de violencia estructural. Enfatiza que el alejarse de los centros laborales, de los lugares de estudio y los espacios en donde se desarrolla la vida social tiene como resultado el incremento de tiempo de desplazamiento.

“En Tlajomulco en promedio se hacen de 1.5 a 3 horas al día en trayectos de transporte público. Se vuelven ciclos de violencia que no solamente determinan el tiempo que gastas en trasladarte, sino también el tiempo que tienes de descanso en tu casa, volviendo muchas de estas ciudades periféricas en ciudades dormitorio, que no son ciudades para habitar y para disfrutar, sino solamente para dormir y volver a comenzar con este ciclo de violencia”.

Políticamente es también un problema, ya que esta exclusión simbólica y física de los espacios en donde desarrollas tu vida, te despoja del derecho a la organización vecinal, a la organización comunitaria y a las cuestiones sociales en general.

¿Qué pasa con la desocupación de viviendas en Tlajomulco?
“Entre menos organización vecinal haya en los fraccionamientos, se pueden detonar más los espacios de violencia y de ocupación por el crimen organizado. La desocupación de vivienda ha provocado que el crimen organizado ocupe esos domicilios que están vacíos para ahí hacer actividades pues que no son buenas”.

Plantea la hipótesis de que el problema de las viviendas deshabitadas en el municipio de Tlajomulco es resultado de entre otros factores, la inexistencia de cohesión social consecuencia de los ciclos de violencia y exclusión simbólica. Propone que la falta de integración en los fraccionamientos y colonias en la periferia incrementa la inseguridad.

¿Cuál es la vinculación con su propuesta legislativa de un Instituto de Acceso a la
Vivienda?

“Hay una disputa entre que las inmobiliarias no están interesadas en que la vida de las personas esté bien, porque ellos solo están interesados en el negocio, en la especulación, en seguir invirtiendo, y los municipios que tampoco se han interesado en regularizarlos a pesar de que no existan los pagos correspondientes”.

La solución al ciclo de violencia no es la construcción de vivienda, sino el trabajo de las estructuras sociales, del tejido social. Dice que si bien el Instituto Jalisciense de la Vivienda (INJALVI) debe construir viviendas de carácter social en Guadalajara y Zapopan, para que las personas estén más cerca de sus espacios de trabajo, debe también trabajar con los municipios periféricos para crear proyectos de ciudad y planes que sean verdaderamente vinculantes para mejorar la calidad de vida de las personas. No solo es una cuestión de repoblamiento, sino de apoyo a los proyectos municipales para que puedan dotar de servicios públicos a la comunidad, es decir, hospitales, escuelas, y servicios básicos como el agua, que hoy son escasos en las periferias. Aunado a esto se buscan regularizar los fraccionamientos, pues las inmobiliarias no terminan de entregar los
contratos a los municipios para que estos puedan dotarlos de los servicios públicos (luz eléctrica, bacheo, alcantarillado, luminaria pública, agua potable, entre otros).

¿Cómo se ven implicadas otras instituciones?
“Esto nos parece muy importante porque justo sabemos que hay muchos jóvenes que tienen que salir de sus municipios, la mayoría del interior del Estado para venir a estudiar aquí al Área Metropolitana. Esto es un gasto, una inversión económica para muchas familias muy complicado”

Existe un interés para vincularse con las universidades, dado que una de las propuestas en su agenda es un subsidio para la renta de los jóvenes, y la reivindicación de su derecho a un proyecto de vida. La articulación con estas instituciones es para que a través de ellas se obtengan los perfiles de jóvenes que necesitan el subsidio, y para que actúen como el intermediario que entrega el beneficio que les permita acceder a este derecho.

¿Cuál ha sido el impacto de Airbnb en las dinámicas de vivienda?

“En ese sentido este fenómeno de priorizar los espacios para el turismo y la renta a corto plazo, se llama turistificación y es justamente algo que hace que se excluya a las personas a las colonias más alejadas y dejar un centro histórico inhabitado”.

En Guadalajara hay aproximadamente 7300 propiedades registradas en plataformas como Airbnb y Booking, mismas que no están siendo habitadas de forma cotidiana, ni por personas que laburan en la cercanía de las mismas. El gobierno ha propiciado el turismo dada la derrama económica que genera, no obstante, es necesario establecer regulaciones al tiempo de renta de estas propiedades para que no exceda seis meses del año, como se ha hecho en
otras ciudades.

Es un tema de seguridad en medida que los barrios son solamente espacios de negocio o de rentas a corto plazo, pues al acabar el día productivo quedan vacíos, siendo así un foco importante de inseguridad.

¿Qué sucede con los edificios patrimoniales?

“El tema de los edificios patrimoniales es básicamente que aquí en Guadalajara los utilizan solamente como el cascarón de huevo para empezar a construir torres o edificios departamentales y que son para una clase social muy específica de la ciudad”.

La limitante en la regulación actual que establece que los edificios patrimoniales, edificios antiguos y casas históricas no pueden ser destruídas, es que se conservan las fachadas, pero se les construyen edificios enormes detrás. Es necesario buscar que no puedan ser utilizados de esta manera, y que se conserve su valor histórico como patrimonio cultural de la ciudad.

El tope a las rentas, ¿posible?

“Es el sueño”.

Para la legislatura es un tema importante, que las alzas no puedan ser mayores a la inflación anual, y posteriormente regular. Dejar que el libre mercado regule los precios terminará por vaciar las ciudades dejándolas deshabitadas, o habitadas por personas como los nómadas digitales, que reciben remuneración en monedas que tienen más valor.

¿Cómo se ve el panorama en el Congreso?
“Yo sí veo un panorama super favorable en comparación a la anterior legislatura para que este tema se tome en serio, y reconozco que hay varias compañeras, sobre todo mujeres jóvenes, aliadas para llevar la lucha y que suceda”.

Sigue siendo un tema que no es tan conocido por otras generaciones, a pesar de que es uno de los obstáculos más importantes que atraviesa nuestra generación. La ventaja de la legislatura actual es que hay una gran presencia de juventudes que tienen presentes estos temas, y por tanto hay una oportunidad importante para educar y explicar la necesidad de avanzarlos.

Posibles estrategias y aliados

“El dialogar con estas organizaciones que ya existen, ha sido fundamental para que el tema empiece a agarrar calorcito, porque no sirve de nada que una diputación llegue sola a querer profundizar en los temas cuando no existe un convenio social de que tienen que suceder las cosas”

En Jalisco hay varias colectivas y organizaciones que llevan temas de ciudad, de movilidad y de vivienda. La juventud tiene mucho tiempo luchando en las calles, manifestándose y problematizando estos temas. Los actores fundamentales para que las cosas resulten son los activistas, las organizaciones, la academia y las universidades. El caminar mano a mano con la sociedad civil mantiene el tema en la opinión pública, lo que hace que sea más fácil moverlo dentro del Congreso. La pedagogía en las comunidades es lo que hace posible la transformación de la realidad.

¿Qué nos toca como ciudadanos?

“Creo que justo la amabilidad y la ternura, desde ese espacio puede transformar a largo plazo las realidades de nuestras colonias”. Es necesario el trabajo conjunto para reivindicar nuestra figura como sujetos de derechos que merecen una ciudad para habitar, no para hacer negocio. Reconocer que el inquilinato es una postura política, y que por lo tanto hay una necesidad de politizarse y demandar la regulación del Estado a los contratos ofrecidos por los propietarios quienes de otra manera abusan a través del incremento desmesurado de las rentas.

La organización vecinal es fundamental para problematizar situaciones de injusticia, como las construcciones irregulares o el incremento del alquiler, entre otros. El contexto de violencia que se vive en la actualidad ha creado una profunda desvinculación entre las personas que comparten los espacios que habitan. Es fundamental recuperar el sentido de comunidad que hemos perdido por ser parte de un sistema capitalista que privilegia la productividad por encima de la generación de vínculos

* La autora es estudiante de la licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *