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Tratar de definir quién eres es una de las tareas más difíciles que tenemos como seres humanos, pues es una definición que cambia con cada decisión que tomamos. Todos soñamos alguna vez con tener un sencillo que alcance el número uno mundial, o ser un deportista famoso, encontrar la cura para una enfermedad, o tener un negocio exitoso que nos permita vivir de la mejor manera posible y tener una casa, un carro, una familia o cualquier otro deseo personal. ¿Cómo entender entonces cuando estos sueños no se culminan? ¿Cómo explicar quién eres cuándo tus metas de vida cambian?

Por Emilio Ochoa Hernández.

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José Luis “Pepe” Meléndez nació en 1988 en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Es el mayor de tres hijos e intentó perseguir el sueño de ser futbolista viniendo de una familia dónde ambos padres jugaban un partido diferente, salvaguardando la salud bucal de miles de familias tapatías como dentistas.

Al igual que miles de niños en el mundo, su pasión por el deporte comenzó en casa y por admiración a sus padres. “Mi papá fue jugador de fútbol y mi abuelo un deportista interdisciplinario, yo creo que de ahí me nace la pasión por el deporte”.

La preparación y determinación son fundamentales para la consecución de objetivos. “Pepito”, como es conocido en su círculo familiar, tuvo gracias a ellos oportunidades que muy pocos niños logran. Se incorporó al fútbol desde chico y logró formar parte de las fuerzas básicas del equipo más popular del fútbol mexicano desde el primer año que se abría el cupo para jugadores de su edad. Fue en Chivas de Guadalajara que el tapatío comenzó una larga trayectoria que lo llevó a jugar en el extranjero e inclusive en el odiado rival, el América de México.

“Fui creciendo, tercera división, segunda división, liga de ascenso y, ahí me toca ir de intercambio a Colombia, a primera división, con el conjunto de Once Caldas. Estuve fuera un año y vuelvo a México, dos con América, estuve año y medio en Leones Negros de la UdeG y ahí surge la oportunidad de jugar fútbol de playa en selección nacional”.

En teoría es un currículum bastante envidiable por la mayoría de los futboleros del país. Vestir los colores de los dos equipos más importantes de México, debutar en el extranjero y representar a la selección nacional son un augurio de una carrera de éxito que, por diferentes circunstancias, muy pocas personas conocen.

Crecer en Guadalajara y jugar para Chivas es un sueño de miles de aficionados mexicanos repartidos por todo el país y más allá de sus fronteras. Pretender seguir los pasos y llenar los zapatos de personajes históricos como “Chava” Reyes y Omar Bravo es una tarea que muy pocos canteranos han logrado.

“Inicié como extremo derecho y después me volví centro delantero. En Chivas era el goleador”, afirma “Pepe” con una sonrisa en el rostro al tiempo que recuerda a sus excompañeros. “Cuando juegas con Carlos Vela por un lado y Javier Hernández por el otro, es muy fácil hacer goles”. A la postre, ambos compañeros terminarían siendo leyendas del fútbol mexicano. Un campeón del mundo en categorías inferiores y el máximo goleador de la historia de la selección mayor.

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Encontrar oportunidades en el sistema del fútbol mexicano es difícil. Las reglas de extranjeros y la falta de regulación (en ese entonces) sobre los minutos para jugadores de divisiones inferiores orillaron a “Pepe”, como a muchos otros deportistas, a buscar oportunidades fuera del país. Jugó un año a préstamo en Colombia y regresó a jugar para América en lo que fue “el cambio más radical” de su carrera. “Fue una etapa muy enriquecedora por lo que significaba volver al país, pero fuera de casa y en un equipo completamente diferente a lo que es el Guadalajara.”

Al termino de su contrato y, en busca de oportunidades, Meléndez regresó a su natal Guadalajara para jugar con los Leones Negro de la Universidad de Guadalajara en la etapa en la que el equipo recién había logrado su ascenso a la primera división.

“Curiosamente, cuando llegué a Leones Negros, el entonces entrenador, el “Cayo” Díaz, me puso de (defensa) central. Me gustó esa experiencia y siempre jugaba dónde el equipo me necesitara.”

José Luis vivió una reconversión de su posición y, aunado a la oportunidad que le daba formar parte de una institución como la Universidad de Guadalajara, empezó entonces a cuestionar su futuro profesional. “Un día, platicando con mi papá, entre que sí y entre que no, decidí hacer examen a la carrera de Odontología en la Universidad de Guadalajara como un reto personal porque siempre me había gustado estar ahí en el consultorio.”

Afortunado y aprovechando su desempeño escolar en su etapa formativa, “Pepe” quedó en listas y comenzó a estudiar la licenciatura de Cirujano Dentista, al tiempo que intentaba compaginar su carrera deportiva con la odontología. “No era sencillo, sobretodo por las distancias, ir diariamente del club deportivo en la Primavera al Centro Universitario de Ciencias de la Salud es un trayecto bastante largo.”

Al término de su contrato con el conjunto Universitario y a falta de renovación, José Luis decidió terminar su licenciatura. Sin embargo, es difícil deslindarse por completo de una actividad con la que se lleva una relación de muchos años. Apenas al término de su contrato se le presentó la oportunidad de representar a la Selección Nacional de México en el fútbol de playa en lo que fue “el reto más bonito” de su carrera. Representó al tricolor hasta que concluyó sus estudios universitarios.

Después de su graduación, gracias al apoyo de sus papás y ya contando con consultorio propio, “Pepito” decidió seguir su carrera “futbolística” mientras terminaba su servicio social. Obtuvo su título de entrenador y el del servicio social al mismo tiempo para inmediatamente después comenzar a trabajar en clínicas.

“En el consultorio me iba bien, era chamba segura para mí teniendo dos padres odontólogos. Sin embargo, tenía una “cosquillita” por seguir en el mundo del fútbol.” Hay decisiones que marcan la vida de las personas y, teniendo un futuro estable por delante, “Pepe”, apoyado por su círculo íntimo, tomó una decisión que puede ser considerada como controversial e incluso “tonta” por muchas personas. “Un día, platicándolo con mi novia (hoy esposa), decido vender toda la clínica e irme a Barcelona a estudiar un máster de fútbol de alto rendimiento, scouting y análisis. Fue un parteaguas para mi porque en el ámbito dental estaba muy tranquilo y tenía seguridad laboral, irme para allá significó un reto completamente diferente, pero lo hice con la intención en mente de traspasar fronteras y ser el mejor.”

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Intención que empezó a vislumbrar frutos inmediatamente tras su regreso de la ciudad condal. Comenzó a trabajar para Univisión en el área de análisis para el fútbol europeo. Tras un año en la empresa y un estilo de vida que lo llevaba de Guadalajara a Miami de forma constante, regresó a México para trabajar con el equipo de fútbol de La Piedad como director de fuerzas básicas. Esta vez, a pedido expreso de uno de sus ídolos y uno de los máximos referentes en la historia del “rebaño sagrado”, Ramón Morales.

“Hubo muchos problemas y decidimos terminar el torneo por el compromiso que teníamos con Ramón y con la plantilla. En cuanto terminó el certamen nos marchamos porque, profesionalmente, no se cumplieron los acuerdos realizados.” Incumplimiento de contratos, retrasos en los pagos y falta de instalaciones adecuadas para la práctica del fútbol fueron tan solo algunos de los contratiempos que, una vez más, truncaron la incursión de “Pepito” en el mundo del fútbol.

Al término de dicha etapa fue invitado a participar en Gallos Blancos de Querétaro como entrenador de categoría premier, asistente de la sub-17 y con el equipo femenil. Diferentes contratiempos con el mismo resultado de siempre: tres dueños distintos durante sus dos años dentro de la institución derivaron en una debilidad estructural que eventualmente forzó su salida de esta.

José Luis tenía en mente llegar a ser el entrenador más joven en la historia de la Liga MX cuando se dio cuenta “que no estaba disfrutando el proceso”. Si bien sigue teniendo como objetivo llegar algún día a ser entrenador profesional, ha entendido que su camino y su paso por diferentes facetas del deporte solo enriquecen su acervo de conocimiento futbolístico y le ayudan a estar mejor preparado para afrontar la eventual oportunidad.

Se apropió de la filosofía de uno de los más grandes entrenadores de la historia moderna del fútbol, Sir Alex Ferguson, descrita por el mismo en su autobiografía:  entender las diferentes facetas del control deportivo y administrativo de un club es fundamental para que, cuando se presente la oportunidad de dirigir a un equipo profesional, lo hagas de la mejor manera posible y aprovechando al máximo los recursos y el capital humano que el club pone a tu disposición.

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¿Crees que en México hay oportunidades para vivir del mundo del deporte sin ser necesariamente un profesional?

“De que se puede vivir, se puede vivir. Hay un tema bien complicado en decir ‘se puede vivir’, ¿no?”

Entrar en el universo de la subjetividad es entrar en un eterno debate sobre lo que cada uno considera como bueno, justo y digno. La mayoría de la población está inclinada a pensar en condiciones monetarias para responder a esta pregunta. Sin embargo, José Luis, y como muestra de la prevalencia de las nociones románticas y apasionadas sobre cómo vivir, tiene bien claro que “vivir es hacer lo que te produce felicidad y te mantiene en estado de alerta siempre”.

Meléndez también entiende que no se pude pretender vivir sin estar preparado ni tener ambición por conseguir tus objetivos. “La preparación es la clave para vivir del mundo del deporte o de cualquier otro ámbito profesional. Te tienes que plantear ser el mejor de tu contexto, luego el mejor de tu país, el mejor del continente y finalmente, el mejor del mundo. Si no piensas que puedes llegar a ser el mejor estás en el lugar inadecuado.”

Hoy en día José Luis cuenta con una agencia de análisis táctico, técnico y de rival para jugadores de fútbol profesionales. Entre su cartera de clientes se encuentran 5 futbolistas de entre los cuáles se incluyen Javier “Chicharito” Hernández y Ulises Dávila, entre otros.

“Es una etapa completamente nueva que me encanta por que se trata de ver todo el tiempo fútbol.”

Pese a tomar un camino diferente al tradicional, “Pepe” hoy vive y disfruta haciendo los que más le gusta, teniendo el firme compromiso de estar a cargo de la dirección técnica de la Sub-20 del Atlético de San Luis, y se prepara para, eventualmente, ser “el mejor”.