A Kershaw lo que pida

Los Angeles Dodgers tendrán mucho trabajo que realizar en la temporada baja de la MLB con la gran cantidad de agentes libres que tienen en su plantilla tras la culminación de la campaña 2021. Y si bien hay peloteros que deben de ser prioritarios para refirmar rumbo al siguiente año como Corey Seager o Chris Taylor, la atención tendría que estar en traer de vuelta a una de sus máximas leyendas: Clayton Kershaw.

El pitcher texano de 33 años de edad tiene sin lugar dudas su lugar asegurado como uno de los lanzadores más importantes no solo en la historia de la institución angelina, sino también de toda la liga, por no decir que a falta de algunos años de carrera, tiene prácticamente una plaza inamovible en el Salón de la Fama de Cooperstown.

El zurdo se ha convertido en un emblema para el cuadro californiano. En 2008 hizo su debut profesional con ellos y desde entonces ha tenido una prolífica carrera tanto en lo individual como en lo colectivo. Tres premios Cy Young en 2011, 2013 y 2014, así como el reconocimiento al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en este último año lo avalan.

Pero más allá de los reconocimientos individuales, Kershaw ha dado una lección muy valiosa sobre lo que es la paciencia, la resiliencia y la perseverancia, ya que fue protagonista de las derrotas más dolorosas para los Dodgers en la última década.

La eliminación en la serie de campeonato ante Chicago en 2016, la caída en siete juegos de la manchada Serie Mundial de 2017 ante Houston y la aplastante victoria de Boston por 4-1 también en la Serie Mundial, sin embargo, de 2018 son tan solo unos cuantos ejemplos.

Todo esto para terminar superándose y ser pieza clave en la consecución del anillo de Serie Mundial ante Tampa Bay en 2020, ganado por el equipo por primera vez desde 1988 y en  uno de los años más complejos en la historia del deporte internacional por la pandemia de Covid-19 que atacó al mundo.

Podría continuar hablando sobre la intachable trayectoria de Clayton Kershaw en el beisbol estadounidense, pero me imagino que en la oficina de Andrew Friedman, presidente de operaciones de los Dodgers, saben que es lo que diría. Así que no hay más que decir, es tiempo de darle a la leyenda el contrato que pida para quedarse. Se lo merece, se lo ha ganado y se lo deben.

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