En enero del 2021 Los Brooklyn Nets formaron al equipo más prometedor de la liga, adquiriendo a James Harden de los Houston Rockets, para acompañar a dos de las figuras más notables, Kevin Durant y Kyrie Irving. Dirigidos por Steve Nash, 2 veces MVP de la NBA y entrenador de primer año, la temporada tenía solo un objetivo: Levantar el trofeo de la NBA, el codiciado Larry O´Brien. 

En aquella temporada, el equipo sufrió lesiones que dejaron fuera de la duela a Kyrie. Terminaron con un récord de 48 victorias sobre 24 derrotas en 72 partidos. Pasaron por encima de Los Celtics en la primera ronda de la postemporada, para después perder agónicamente en las semifinales de conferencia por los que serían campeones, Los Milwaukee Bucks.

Es difícil que un equipo plagado de superestrellas tenga la química necesaria para llevarse la temporada. Es imposible olvidar a los mismos Nets en 2013, con Kevin Garnett, Paul Pierce y Jason Terry, siendo eliminados en la segunda ronda de la postemporada, o a Los Ángeles Lakers en 2003, cuando Karl Malone y Gary Payton se sumaron a Kobe Bryant, solo para fracasar con disputas en los vestidores y lesiones en la segunda mitad del torneo.

Para agosto de 2021, en vísperas de la nueva campaña, las cosas se veían distintas. Los aficionados esperanzados, Blake Griffin y LaMarcus Aldrige reforzando al equipo, pretemporada completa y jugadores sanos. Un mes después, a tan solo días para el comienzo de la temporada regular, la NBA anunció un protocolo sanitario relacionado al Covid-19. El jugador no vacunado no podía tener contacto con sus compañeros ya vacunados, además de ser sancionado económicamente con cada partido en el que no tuviera actividad.

Desde entonces, Kyrie decidió apartarse de la liga por ideologías propias y decisiones personales. Durante el transcurso de la temporada regular actual, poco y nada se escuchó del campeón de la NBA hasta el 5 de Enero, cuando regresó a la acción en un partido contra los Pacers.

James Harden tampoco termina de encontrar su sitio en los Nets. En su última visita a Sacramento, jugó su peor partido desde hace 11 temporadas con solo 4 puntos. En la temporada promedia 22.5 puntos por partido y a decir verdad, no ha logrado darle al equipo los resultados esperados. Tan mal ha congeniado en Nueva York, que en Philadelphia buscan a “La barba” para reforzar al equipo, y hay que decirlo sin miedo, Harden no está ni cerca de ser lo que fue en 2018. Un jugador sin alma, sin motivación y en mal estado físico empañan su mejor versión.

La luz de la temporada. KD ha sido la figura del equipo, jugando con la calidad de un MVP y de un histórico. Hasta la primera semana de enero cuando sufrió una lesión que lo dejará hasta 6 semanas fuera de las canchas.

Si te dijera que el ´Big Three ́ de los Nets solo ha jugado 16 partidos juntos hasta el día de hoy, me dices que perdí la cabeza. Desde que Harden llegó al equipo, han sido 113 juegos (incluyendo postemporada), de los cuales solo en el 14% de ellos han estado activos los 3. Este dato es la clave para explicar por qué el equipo no ha cumplido las expectativas de los fanáticos, los analistas y las cabezas de la liga hasta ahora. La plantilla, por el contrario, ha podido sobrevivir en la temporada y se encuentran en sexto lugar de la conferencia Este.

Los tres jugadores podrían ser alineados hasta marzo, o poco después. Aún queda por ver qué tanto impacto tendrá Irving en el equipo, ya que todavía no puede jugar en casa. ¿Es la falta de compromiso de los jugadores el problema de Los Nets? ¿Podrán sobrellevar las lesiones y los conflictos fuera de la duela? Un campeonato es todo lo que podrá alejar a los jugadores y a la organización de los cuestionamientos.

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