
La empatía médica también es clave en la lucha contra el cáncer
Un trato solidario y digno hacia un paciente, comparado con la apatía y una transacción puramente monetaria, puede hacer la diferencia a favor de una persona afectada por esta enfermedad, incluso en los casos de un pronóstico irreversible
Iker Vergara
El cáncer es una enfermedad conocida por casi todos, pero es muy difícil explicar el arduo, doloroso y precario proceso de sobrevivirlo, tanto para el paciente como para quienes lo rodean. Lo mismo vale para quienes se encargan del tratamiento médico, que, a menudo, hacen una labor mucho más positiva cuando no solo emplean la ciencia a favor del paciente, sino también la simple empatía.
Como el destino del paciente no depende solo de la medicina, sino que la suerte, los hábitos personales y el compromiso con el tratamiento desempeñan un papel crucial, el tratamiento personalizado es fundamental. Permite construir una relación de confianza entre el paciente y el equipo médico, lo cual crea un ambiente que prioriza el trato digno y humano.
Un enfoque empático no solo mejora la adherencia al tratamiento, sino que también puede hacer que, en caso de no haber esperanza de cura, el paciente encuentre consuelo y dignidad en sus últimos momentos.
A pesar de la importancia de este enfoque, la doctora Andrea Velásquez Trujillo, jefa de la Unidad de Investigación, Docencia y Desarrollo del Instituto Oncológico Nacional de México, señala que pocos lo reconocen como una necesidad real.
Esto lleva a un manejo automático, frío y distante del paciente, que puede convertir su experiencia en algo deshumanizante. No en el sentido literal, sino en la manera en que el enfermo llega a sentirse como un problema más que como una persona.

Imagen: Thirdman / Tomada de Pexels.
Este desafío, aunque complejo, tiene solución: conocer al paciente y sus necesidades particulares, entender sus hábitos, sus gustos y la forma en que elige vivir su vida a pesar de su condición.
Los especialistas coinciden en que la clave está en la empatía, en afrontar la situación con sensibilidad y tacto, y en ser conscientes de cómo las palabras y actitudes pueden impactar el estado emocional y psicológico del paciente.
Los muy diversos tipos de cáncer representan, en México, la tercera causa de muerte nacional, y en 2023 se registró, de acuerdo con el Inegi, el segundo año con la tasa más alta de fallecimientos.
Muchas veces, el desenlace de la enfermedad escapa del control de médicos y pacientes por razones como la falta de respuesta del cuerpo a la quimioterapia o la resistencia a los medicamentos. Aunque la enfermedad sea impredecible, el trato humano y digno siempre puede marcar la diferencia.
* El autor es estudiante de la licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO.
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