
III. Movilidad de los afectos
Si tu medio de transporte cotidiano te permite comodidad y seguridad, tus relaciones con la ciudad y con las personas son muy diferentes; cualquier habitante de nuestras ciudades sabe que la movilidad es uno de los retos más urgentes
Reportaje e ilustraciones: Camila Alvarez
III. Movilidad de los afectos
Lo afectivo no solo se queda en un espacio estacionado, inamovible y fijo. Los afectos también tienen movimiento y trascienden a otros ámbitos de nuestra vida en la ciudad y cotidianidad: la movilidad urbana.
Yeriel Salcedo comenzó en 2009 como activista en el colectivo Gdl en Bici y ha colaborado en distintos proyectos sobre el trasporte urbano y la movilidad urbana en la ciudad de Guadalajara. En conjunto, problematizamos el urbanismo afectivo en la ciudad hacia otro ámbito que también nos concierne: la movilidad.
Para Yeriel, tres pilares sostienen el problema del afecto desde la movilidad: confortabilidad, dinámicas sociales y problemas estructurales.
Vas en el tren ligero, son las siete de la tarde, tu vagón está lleno. Te tuviste que aventar entre codazos para entrar al espacio que te llevará a otro lugar: tu casa, un camión, una calle. Estás paradx, sujetas tus pertenencias con fuerzas contra el pecho. Tu cuerpo está amontonado por otros cuerpos. Cuando el tren avanza te meces hacia delante y atrás, hacia un lado y al otro, pero no te caes, porque entre cuerpos se sostienen unos a otros. Sientes que una mano te toca sin pudor en una parte de tu cuerpo, te mueves como puedes hacia delante. Trabajaste todo el día, tienes un dolor de cabeza que repiquetea en la sien. El vagón huele a un sudor ácido, el calor se concentra en las esquinas y escondites de tu cuerpo, tu espalda se siente húmeda por el sudor que la recorre. El sonido de la máquina del tren, las voces de las personas que platican con otras y la propia flexión de los cuerpos, unos con otros, hacen que el sonido se acune en tus tímpanos, que el dolor de cabeza sea cada vez más molesto y que tengas que respirar tranquilamente para no volver tu camino al otro lugar un estado de ira. Cuando llega tu bajada, tienes que codear a varias personas para poder salir, sientes que el tiempo para llegar a la puerta se acaba, el timbre que anuncia que las puertas se cierran te abruma y apenas alcanzas a poner un pie sobre la plataforma de la estación fuera del tren. Te dan ganas de llorar. Aprietas tus labios y tu mandíbula con fuerza y te aguantas. Sigues tu camino.
Cuando Yeriel se refiere a que el principal problema de que en la movilidad ni siquiera haya, al menos para él, un espacio para pensar de qué manera sucede lo afectivo, los sentimientos y las experiencias, habla estrictamente de la confortabilidad del espacio y el ambiente. Las dinámicas sociales y los problemas estructurales no se quedan atrás, pues la experiencia anterior almacena estos tres ejes que se intersectan y que complican aún más en pensar lo afectivo.
“Un espacio de confort debería de ser un espacio que te garantiza seguridad”. Seguridad corporal, emocional y social. Para Yeriel, el hecho de que un espacio sea cómodo implica que nos podamos mover cada vez mejor. Cuando una persona se encuentra cómoda en un espacio, se permite ser más empática consigo misma y con las demás personas. En cambio, si en un vagón del tren, por ejemplo, no hay confortabilidad (espacio entre personas, seguridad de pertenencias) ni dinámicas sociales sanas (que respeten tu cuerpo, empatía) y siguen reforzándose los problemas estructurales (jornadas largas laborales, misoginia, clasismo), a una persona que esté sumida por todas estas complejidades le costará más empatizar con las necesidades de otra persona.
“La relación entre los sistemas de transporte de Guadalajara y las experiencias emocionales no existe”.
Hay ciertas movilidades que te permiten demostrar la afectividad de manera más accesible: la bicicleta o la caminata. Cuando caminamos o vamos en bicicleta y nos encontramos con una persona conocida o en una situación de encuentro afectivo, pararnos y vincularnos resulta más fácil que cuando vamos en otro tipo de transporte. “Ni se diga del coche, que vas almacenado en una caja y que afuera de esas cuatro paredes nada más existe el tráfico y otros coches”. Cuando vas en el camión, en el metro o en el tren, la convivencia es más complicada.
Para Yeriel, pensar lo afectivo en la movilidad le propone un nuevo modo de observar las cosas. Él se apropia del concepto y lo llama la “movilidad del autocuidado”. Para él, el cuidado ha sido un tema recurrente desde que comenzó como activista y desde que ha trabajado en distintos proyectos de movilidad urbana.
“Pienso que, si muchas veces y casi siempre es difícil cuidar de las otras personas en estos espacios de nuestra vida, ¿cómo se supone que nos cuidemos a nosotrxs mismxs también?”. Es una conversación nueva para él; una que definitivamente se debería de estar abarcando en la movilidad.
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Según datos del Informe detallado de la Encuesta Origen destino del Área Metropolitana de Guadalajara de 2023 del Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara, Imeplan, en el AMG, al día se estima un total de 5,093,170 viajes realizados exclusivamente caminando (43.2 % del total de viajes en el AMG); 60.3% son realizados por mujeres. Estos viajes a pie se relacionan con el propósito de la administración doméstica (23.2%) y también con los viajes de cuidado (6.9%).
Respecto al transporte público, este mismo informe indica que “en el AMG se realizan 2,544,369 viajes en transporte público (representando el 21.6 % del total de viajes en el AMG), de los cuales, un 55.5 % son realizados por mujeres y un 44.5 % por hombres”.
Por otro lado, en el Informe de resultados: Encuesta de Satisfacción a Usuarios del Transporte Público en el AMG 2024 por el Imeplan, se abarca el tema de la confortabilidad (comodidad) en distintos aspectos: asientos, ventilación, iluminación, limpieza, pisos, accesos, cantidad de personas usuarias dentro del vehículo y por la conducción del vehículo.
La subcategoría peor calificada dentro de la categoría de “confort (comodidad)” es la de “cantidad de personas usuarias dentro del vehículo”.
En la categoría de “seguridad”, lo más cercano a un ámbito afectivo es la “seguridad personal”.
La categoría de “confort (comodidad) por parte del “Informe de resultados: Encuesta de Satisfacción a Usuarios del Transporte Público en el AMG 2024” por el Imeplan es uno de los apartados, junto con el de seguridad, que se encuentra en el mismo informe, más cercano al cuestionamiento sobre lo afectivo. Yeriel Salcedo proponía que uno de los pilares para encaminarnos hacia una movilidad de autocuidado, como lo nombra él, o una movilidad de afectos, como lo nombro yo, era la confortabilidad: la comodidad de un espacio seguro que nos permita ser conscientes de nosotros mismos para poder ser empáticos con los demás, y viceversa.
Por otro lado, el informe “Moverse en GDL” de 2022, por parte de del Observatorio Ciudadano Jalisco, cómo vamos, cuestiona la percepción de las personas sobre la calidad de vida con relación a su medio de transporte.
En los informes pasados hay apartados sobre infraestructuras, movilidades de cuidados, de trabajo doméstico, de bienestar y calidad de vida, de seguridad, y de confort, entre otros, pero se quedan cortos ante la profundidad de una realidad más compleja: cómo nos sentimos en los distintos transportes que nos mueven en nuestra ciudad.
* La autora es estudiante de la licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO.
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